Periodismo TTendencia
El periodismo digital ha avanzado
a pasos gigantes desde aquellos experimentos en los que un rotativo se montaba
tal cual a la red y veía su transformación en archivo PDF, o aquellos otros
intentos en los que se transcribía tal cual una nota y las ediciones en línea
eran copias de las impresas, con la misma fecha de caducidad y los mismos
vicios.
Después se ensayó —es la mejor
definición— con la noticia en “tiempo real”, información que se desarrollaba y “subía”
a las plataformas de manera a veces irresponsable, toda vez que la vorágine por
tener “todo” de manera inmediata hizo que de a poco se olvidara una de las
máximas del periodismo: comprobar el hecho.
El periodismo en la era digital como
se entendía hace un par de años se transformó en producto multimedia:
animaciones, videos, audios, foros, líneas de tiempo... elementos que conforman
una nueva forma de consumir y proporcionar información.
Y en toda esta ecuación aparecen
las redes sociales, instrumentos de comunicación que en la actualidad hacen las
veces de juez y parte, herramientas que dictan una agenda irregular
informativa.
Los medios de comunicación se
transformaron en los consumidores naturales e inmediatos de lo que sucede en la
red. Y lo han hecho porque el Trending Topic (TT) lo ponen la usuarios
(lectores), porque tiene mayor proyección seguir un tópico impulsado desde
redes sociales que generar un contenido que alcance a raspar siquiera el éxito
en el rating informativo, porque los hits o visitas marcan la trascendencia del
medio y eso ayuda a signar convenios, alcanzar acuerdos publicitarios.
Sí, periodismo es negocio, pero no
hay que olvidar que sobre todo es información.
Los portales de noticias han
hecho de la tendencia su método para medir el éxito: etiquetas ocurrentes que en
ocasiones tuercen el sentido informativo o que lo ponen en duda, encabezados de
expectativa y desencanto, reproducción de imágenes que vulneran el sentido de
privacidad, difusión de temas intrascendentes que cobran notoriedad porque un
medio los reproduce, y otro, y otro, y otro porque los otros tres ya lo
hicieron.
A los lectores “les gusta el
morbo”, “esas notas son las que venden”, son algunos de los comentarios que en
las mesas editoriales se ponen de manifiesto para justificar la inclusión de
este tipo de contenidos: #lady100pesos, #politopless… El periodismo
contemporáneo no chocó, lo chocaron.
Confundir información con
entretenimiento suele ser el mayor de los yerros del “Periodismo TTendencia” no
porque el entretenimiento en sí sea malo, sino porque centrar en ello el
objetivo de un medio en aras del “éxito” relega el derecho social de estar bien
informados.
Alan Rusbridger, quien fuera
editor general de The Guardian más de
20 años, señaló que “si piensas en el periodismo, en lugar en modelos de
negocio, tendrás mayores expectativas respecto al futuro. Si sólo piensas en
modelos de negocio te asustarás hasta paralizarte por completo”.
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